Si el día anterior tocó mucho asiento de autobús, hoy toca ver muchas cosas. Comenzando por el traslado hasta Husavik donde nos embarcaremos, como buenos turistas, para ver?? ballenas. Alguna se dejo ver el lomo, pero nada más.
Al menos no defraudaron los frailecillos, uno de los pájaros totem de Islandia, que deambulaban a un lado y al otro del barco, sumerjiéndose para pescar. Tienen un aspecto muy gracioso, y ya que esperábamos verlos aquí fue el único sitio donde los vimos a placer.
También se dejaron ver los delfines de lomo blanco, muy juguetones y saltarines junto al barco cumplieron con creces .La bahía de Husavik es uno de los lugares donde salen los barcos cargados de visitantes para ver animales marinos, alguno barcos son de una planta como esta:
Husavik puede ser muy nombrado en los viajes a Islandia, pero el pueblo es muy pequeño, y su puerto también, lo justo para tres barcos pesqueros y los que llevan a los turistas:
Tras la expedición ballenera pusimos rumbo al Sur, y tras pasar y olisquear el Parque Nacional Asbyrgi, muy bonito el cañón tanto como corta la parada, llegamos a la gran cascada Dettifoss. Para llegar tomamos una descarnada carretera que atravesando un páramo digno de Marte llega hasta un cañón amplio por el que circula el río que trae el agua desde los lejanos glaciares.
Hay tres cascadas, pero la más impresionantes es esta, la más caudalosa de Europa, que siendo bella lo que más impresiona es su poderío, y su brutalidad. el agua lleva muchos sedimentos de ahí su color grisáceo.
Y así, caminito cominito llegamos al increible apisaje que rodea el lago Mytvan, de dónde no saldremos en todo el día siguiente:
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