lunes, 4 de febrero de 2013

EXPERIMENTO SOBRE FUERZA DE ROZAMIENTO CON UNA CANICA

La fuerza de rozamiento es una interacción que como no estemos sobreaviso nos jugará una mala pasada. Se manifiesta frenando el movimiento de los cuerpo haciendo que se detengan. En los cuerpos que se deslizan sobre una superficie, el rozamiento depende entre otras cosas de lo rugosas que sean las superficies que se oponen: cuanto más rugosas sean mayor es la fuerza de rozamiento.
Una canica moviéndose por un pavimento no es un objeto que desliza sobre la superficie, en realidad gira. Y un estudio dinámico sobre el fenómeno no es tan inmediato y sencillo. Pero vayamos a lo simple, consideraremos que lo normal es que las superficies más rugosas frenen más eficazmente a la canica y esta se detenga antes.
El montaje experimental es muy sencillo, preparamos con una caja de cartón una rampa, con dos palillos o pajitas de plásticos para que formen un carril por el que descenderá la canica.


La idea es sencilla, colocamos la rampa en distintos tipos de suelo, y dejamos caer por el carril a la canica. Medimos la distancia que alcanza la canica. Comencemos por un suelo arenoso.


La arena es muy rugosa y traba eficazmente a la canica, que normalmente llega hasta unos 85 cm de distancia. Ahora pasamos a un suelo enlosado, con una rugosidad evidente, aún así el rozamiento es menor que antes y por eso la canica recorre una distancia mayor.



Es curioso el caso de la toalla, es más suave pero frena más aún a la canica. 


En cuanto cambiamos el suelo, la fuerza de rozamiento cambia, y los efectos se ven. La superficie de rodadura ahora será un suelo de terrazo con una granulosidad menor, pero por otras razones la fuerza de rozamiento es mayor: esta lleno de baches.



¿Qué ocurre cuando el suelo es muy liso? Pues es muy sencillo, al no ser frenada la canica recorrerá una larga distancia antes de detenerse.






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