
EL CASO ES es que en el Sur de Salamanca y en Extremadura también se encuentran curiosas comunidades de esta especie. ¿Cómo habrá ido a parar allí?. En concreto en el Valle de las Batuecas, dentro de la Sierra de Francia, al Sur de Salamanca, es una especie frecuente allí donde hay un terreno propicio.
En lo más profundo del Valle de las Batuecas encontramos este ejemplar de Carballo, de unos 400 años de edad y más de 5 metros de perímetro. Sin dudarlo, es un ejemplar notable, sus ramas principales son de un grosor y un vigor fuera de lo común.

Su vecindad también es curiosa, junto a congéneres de buen porte y alcornoques encontramos acebos y tejos formando un bosquete muy agradable. Para encontrarlo debemos llegar hasta la cascada del Chorro y remontar un Km en arroyo, hasta llegar a un canchal anaranjado en el que hay un aprisco. Allí se encuentra.
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