Hacía ya mucho tiempo que no dedicaba una entrada a uno de los árboles insignes de este país. Pues bien, aprovechando que el otro día estuve por la Pedriza del Manzanares, en la provincia de Madrid, bien cerquita de la capital millonaria en habitantes, tuve la ocasión de pasar junto al Alcornoque del Bandolero conocido por este nombre porque en sus inmediaciones se escondían los salteadores del caminos del siglo XIX, como Luis Candelas.
El árbol se encuentra por encima del pueblo, enriscado en la ladera de granito junto al peñasco conocido como el Indio por la forma que adopta. Como vemos en la fotografía, la senda pasa junto al roquedo y al árbol, está muy marcada, y lo normal es ver muchos escaladores que intentan trepar por los riscos.
No parece tener un elevado porte cuando se ve por primera vez, aunque sí permite ceder una pose de cierta plasticidad, atrapado en una grieta y con las gruesas raíces abrazando canchales rocosos con los que ligar su suerte a ellos.
El alcornoque no es que sea muy grueso, tiene algo más de dos metros de perímetro con dos guías principales y una de ellas de arranque casi horizontal, pero es que las raíces tienen también ese grosor. Fijaos en el aplastamiento que parece sufrir la raíz en la parte inferior de la foto anterior bajo el peso de la roca que la atenaza.
Es curioso el caso de la pedriza, porque no es precisamente el roquedo una zona propicia para formar bosques, o que crezcan árboles robustos. No hay suele vegetal donde crecer una raíces. En la siguiente foto podemos ver entre el roquedo de granito, con los colores de Otoño, a unos arbolitos.
En esta otra foto, vemos a uno de los alcornoques que medran entre las peñas, sin apenas sitio para prosperar van ganando porte, con una apariencia muy sana.
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